Pon una planta trepadora o hiedra en tu jardín

hiedra o planta trepadora

Pon una planta trepadora o hiedra en tu jardín

A menudo las plantas trepadoras aumentan el valor de nuestro jardín, cubriendo con sus tallos y hojas aquellas zonas que menos nos gustan del mismo. Por toda nuestra geografía, cada vez se extienden más las vallas cubiertas con hiedras, parras vírgenes o madreselvas, llegando incluso a desplazar a los más que vistos setos de arizónicas.

Se da la circunstancia que aun a día de hoy, seguimos aferrándonos a unas cuantas variedades de trepadoras para la decoración de nuestros jardines, cuando en el mercado existen muchas otras que nos permitirán, además de su funcionalidad, aportar un punto de distinción.

Es conveniente elegir la planta trepadora ideal en un vivero de nuestra zona, pues así nos aseguramos que la planta está adaptada a nuestro clima.

Diferentes tipos de plantas trepadoras

Dentro de estas plantas trepadoras se diferencian las llamadas enredaderas y las trepadoras no adhesivas.

Las hay que están provistas de zarcillos, tallos u hojas modificadas que se enredan en los objetos por donde trepan.

Otras son de tipo trepadoras adhesivas, como las hiedras, que están provistas de raicillas aéreas que se adhieren a superficies más difíciles como muros.

Las plantas trepadoras se deben guiar sobre tutores u otras plantas y son menos prácticas cuando se trata de muros. Es el caso de las Madreselvas, la Glicinia, la Pasionaria o las Clematis.

Cuidados de las plantas trepadoras

Con respecto a los tipos de suelos, dependen de la especie, aunque por norma general los prefieren frescos, orgánicos y sueltos. Usando Sustrato Vegetal mezclado con la tierra del jardín no nos equivocaremos nunca.

En cuanto a los riegos, por lo general deben ser abundantes durante la primavera y el verano, al menos dos veces por semana, sobre todo durante la floración.

Prestar especial atención a los días calurosos o con vientos desecantes, procurándole algún riego extra. Debido a que las enredaderas tienen mucha parte aérea, el viento las reseca mucho más rápido, y por eso es conveniente darles riegos más frecuentes.

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