Aunque con la llegada del calor proliferan todo tipo de bichos, la verdad es que según la especie se puede empeñar en convivir con nosotros todo el año, aunque para nosotros, su presencia sea totalmente indeseable.
Moscas, mosquitos, abejas y avispas son los más comunes, y aunque sus picaduras no sean demasiado peligrosas pueden llegar a ser realmente molestas e incluso dolorosas. Por no mencionar los peligros a los que se exponen los alérgicos.
En el mercado existen todo tipo de insecticidas y repelentes que nos ayudan a mantenerlos a raya, pero ¿a quién no le ha picado nunca uno de estos insectos? Todos nos hemos rascado ansiosamente una picadura de mosquito, nos hemos desquiciado con el vacilante revoloteo de una mosca alrededor de nuestra cocina o se nos han puesto los pelos de punta al ver acercarse a una avispa mientras tomamos el sol en un parque.
Muchas veces es imposible evitar ser víctima de sus aguijones, por lo que es necesario saber cómo actuar y qué productos podemos emplear para aliviar los síntomas de una picadura.
Conociendo a los insectos de jardín
Las picaduras de mosquito son las más frecuentes y su huella normalmente es un pequeño hinchazón enrojecido que nos produce picor en la piel.
Esto se debe a que este insecto, que se alimenta de la sangre caliente de los mamíferos, al clavar su trompa para la extracción de su gran manjar, nos deja parte de su saliva que nos producen irritación. Una anécdota curiosa es que sólo las hembras nos atacan, puesto que los mosquitos macho sobreviven succionando el jugo de las frutas.
Moscas y moscardones pertenecen a la misma familia que los mosquitos, pero por lo general no atacan al ser humano. Su presencia es normal en cuanto empieza a hacer calor y entran en nuestros hogares atraídos por el olor de la comida. Durante su corta vida no se cansan de merodear con su incesante zumbido moviéndose en círculos de un lado a otro de la habitación.
Otro grupo de insectívoros viene encabezado por abejas y avispas. El veneno que nos inyectan estos invertebrados al picar reviste un mayor riesgo para nuestra salud, ya que son más frecuentes y peligrosas las reacciones alérgicas y pueden incluso causar la muerte en los casos más graves.
No obstante, lo más normal es que las consecuencias no vayan mucho más allá de una roncha dolorosa e hinchada, que podemos aliviar con pomadas especiales, y que desaparecerá en una semana. Si los síntomas se prolongan más tiempo de lo normal o se tornan muy dolorosos, lo mejor es acudir al médico.
Mención especial dentro de una interminable lista tienen pulgas, arañas, chinches, garrapatas y orugas. Aunque afectan más a otros animales, fácilmente pueden entrar en nuestros hogares agarrados al pelaje de nuestra mascota o atraídos por nuestras macetas. Mucho cuidado debemos prestar ante las garrapatas, que pueden ser fuente de graves infecciones y enfermedades tanto para nosotros como para nuestros animales.
Evitar las picaduras de insectos
Alejar a todos estos insectos es algo posible gracias a la gran variedad de productos químicos que nos permiten, bien acabar con ellos, bien repelerlos para que no invadan nuestro territorio.
Insecticidas en spray o en enchufe y todo tipo de repelentes cutáneos, se nos venden como milagrosos. Y es cierto que su eficacia es un hecho, pero también lo es que parece imposible estar siempre preparados, por lo que es muy útil saber en qué lugares y en qué situaciones hay que estar más atentos.
Todos sabemos que muchos insectos acuden atraídos por la luz. Sabiendo esto, una buena idea es no dejar encendidas las bombillas de nuestros dormitorios. La limpieza y mantener la basura cerrada, son imprescindibles para evitar llamar la atención de las moscas. Si disponemos de un lugar al aire libre, lo mejor es colocar nuestros cubos ahí, sobre todo aquellos de materia orgánica.
También existen remedios caseros que ahuyentarán a los insectos lejos de nuestro hogar como colocar una maceta de albahaca o menta en la ventana o colgar bolsas de plástico transparente del techo, eso sí, esto último no resulta demasiado decorativo.
Si en casa es difícil deshacerse de ellos, al aire libre parece casi una utopía. Pero sí que podemos tomar algunas precauciones.
En primavera y verano, no es recomendable acercarse mucho a las flores o árboles frutales, ya que suelen estar frecuentados por abejas y avispas.
Si nos movemos cerca de estos insectos lo mejor es mantener la calma y alejarnos, ya que si nos alteramos y salimos corriendo, lo único que conseguiremos es asustarlos, haciendo más probable que seamos su objetivo. Si vamos al campo, es mejor evitar vestimentas de colores muy vistosos y, si el calor lo permite, llevar cubiertos brazos y piernas.
Si aún así nos pican… la primera medida ante una picadura de insecto es lavar la zona afectada con agua y jabón, y aplicar hielo para reducir la inflamación. Si la picadura es de avispa o de abeja, hay que buscar el aguijón, las abejas siempre lo pierden. Esta labor se puede llevar a cabo con unas pinzas o con las uñas, pero procurando que estén bien limpias para evitar infecciones.
Si es un mosquito el que nos ha atacado y nos despertamos llenos de abones, tal y como se los conoce popularmente, lo mejor es evitar rascarnos porque pueden sangrar y dejar cicatriz. Si el picor es insoportable, existen relajantes en crema de venta en farmacias, que nos ayudarán a que nos olvidemos.
Las reacciones varían dependiendo de la persona. Un inofensivo mosquito puede llegar a acarrear una urticaria severa que se debe cuidar con productos específicos recetados por un dermatólogo. En cualquier caso, siempre hay que consultar con un especialista si los síntomas son más graves de lo normal, ya que podría deberse a reacciones alérgicas que es importante diagnosticar y tratar adecuadamente.
Como cada año, en las épocas de más calor aparecen los tradicionales mosquitos, que están íntimamente ligados al agua, ya que se desarrollan en ella las hembras adultas dónde depositan los huevos en la misma. Cualquier masa de agua es adecuada para su desarrollo, sobre todo la que está estancada. En verano con las altas temperaturas el ciclo biológico de los mosquitos se acorta a una semana, por lo tanto con que un poco de agua permanezca en un recipiente unos días, aparecerá una nueva generación de mosquitos.
Trucos para evitar que proliferen mosquitos y otros insectos
Lo principal es evitar dejar cualquier tipo de recipiente con agua:
- Los bidones y cubos para recoger el agua de lluvia deben estar bien tapados.
- Se debe vaciar el agua de las latas, cubos, bidones, botellas u otros lugares donde se acumule el agua tras las lluvias o riegos del jardín.
- Renovar el agua diariamente de los bebederos de animales como caballos, platos de los perros y baños de los pájaros.
- Los platos de los maceteros que recogen el exceso de agua de las plantas también se deben vaciar e igualmente las piscinas de plástico.
- Nunca dejar un palmo de agua. Si están cubiertas y llueve mucho, se debe de retirar el agua acumulado sobre la lona, ya que ahí también se crían los mosquitos.
- Asegurarse de que las cisternas, pozos negros, tanques sépticos, etc. estén bien sellados con una tapa o con una rejilla/malla.
- El agua de las fuentes ornamentales también debe ser tratada, incluso si se tienen peces o ranas, ya que aunque éstos animales se comen las larvas de los mosquitos, en muchas ocasiones hay tantas que no pueden con todas. De un bidón de agua pueden salir cientos de mosquitos adultos, y de una piscina hasta miles.
Acabar con los mosquitos de forma ecológica
Para ayudar con la continua lucha contra los mosquitos transmisores de la enfermedad del dengue y dengue hemorrágico, podemos utilizar una trampa casera que puede matar muchos de estos insectos.. Lo que básicamente se necesita es: 200 ml de agua, 50 gramos de azúcar moreno, 1 gramo de levadura y una botella de plástico de 2 litros.